El respeto de todos al crucifijo, del lecho aquel donde la madre muere. La pasión que se siente por el hijo que es sangre de la esposa que se quiere. La dulzura sin par de los lugares donde se habla de amor por vez primera. La imponente bravura de los mares. La majestad de Dios en los altares. Todo eso es la bandera. Es el premio mas grande y merecido del soldado que alcanza la victoria. El consuelo mas dulce del herido, del que muere en la linda justa gloria. Y si el canto traidor de algún cobarde te niega alguna vez el necio alarde de egoístas ideas con su veneno vil llega a ofenderte; La mano del leal... ¡Le dará muerte!
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