Mi voz desapareció, igual ya no hablaba bien. Miro tu trono, Señor, y espero la salvación. Se acercan las tormentas y yo mirando la pared, besando la pared. Igual, será mejor anunciar la oscuridad de la ciudad y el renacer de este diciembre final, Señor, me arden las manos. Radiante estrella que hoy acabarás con la ciudad. Miro tu trono, Señor, y espero la salvación. Me arden las manos...
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